Mitos y Beneficios acerca del consumo de Vitamina C
Se acerca una época del año caracterizada por cambios en el descenso de la temperatura, y con ella una serie de enfermedades de las vías respiratorias, muchos se han pregunta cómo prevenirlas, o bien a muchos otros habremos escuchado que incrementando el consumo de vitamina C, podemos prevenirlo, a continuación trataremos algunos puntos que quizás no sabías de la vitamina C y si ayude en la prevención de enfermedades de las vías respiratorias.
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina hidrosoluble. A diferencia de la mayoría de mamíferos y otros animales, los humanos no tienen la habilidad de producirlo y deben de obtenerlo mediante la dieta.
Dentro del organismo, las funciones de la vitamina son importantes pues son auxiliares en numerosas reacciones enzimáticas, como la producción del colágeno, carnitina, y catecolaminas, y como un potente antioxidante.
Una deficiencia severa de vitamina C ha sido conocida por muchos siglos como una enfermedad potencialmente fatal, el escorbuto. Los síntomas del escorbuto incluyen hemorragia subcutánea, deficiencia en la cicatrización de heridas y aparición de moretones fácilmente, caída de cabello y dientes, y dolor e hinchazón en las articulaciones. Tales síntomas parecen estar relacionados con el debilitamiento de los vasos sanguíneos, tejido conectivo y óseo, los cuales contienen colágeno.
La dosis recomendada es de 75 mg para la mujer y 90 mg para el hombre.
Todos creemos que la fuente principal seria la naranja una idea que hoy se sabe es errónea, algunos otros hemos escuchado que cualquiera de las frutas cítricas, y si todos tienen en cierta medida vitamina C. l lo cierto es que, mientras que una pieza de este cítrico aporta 69 miligramos de vitamina C, un solo tazón de fresas contiene 84,7 miligramos, una pieza de mango aporta 122,3 miligramos, media taza de pimientos chile 107,8 miligramos y un pimiento rojo en torno a 190 miligramos.
El mito de que el jugo de naranja previene la gripe este falso mito esté tan extendido se lo debemos al doble Premio Nobel de Química y de la Paz Linus Pauling, que en los años 70 del pasado siglo publicó un libro titulado La vitamina C y el resfriado común, en el que defendía que unas altas dosis de esta sustancia, concretamente 3.000 miligramos al día -50 veces la actual cantidad diaria recomendada (CDR)- evitaban la bronquitis, la alergia, la fiebre, la neumonía y los resfriados.
Sin embargo, 46 años después y diversas cantidades de estudios científicos que se han realizado desde entonces hasta hoy tratando de confirmar estas propiedades de la vitamina C y han llegado a la conclusión de que esta molécula no le hace ni cosquillas ni al virus del resfriado ni al de la gripe. Ya que ni acorta la duración de las infecciones del tracto respiratorio superior ni reduce sus síntomas. Solo se ha encontrado una excepción: a los corredores de maratones y los esquiadores, sometidos a un ejercicio físico intenso durante un período breve, beber un vaso de zumo de naranja (200 mililitros) les supone disminuir hasta un 50% el riesgo de constiparse, tal y como concluía una revisión de estudios sobre la vitamina C publicada recientemente en la revista The Cochrane Library. En el resto de la población, tomar vitamina C para reducir los resfriados no tiene ningún sentido.
Algunos otros estudios indicaron que altas ingestas de vitamina C ya sea de una dieta o suplementos están relacionadas con la disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (ECV), incluyendo enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares. Algunos otros de tipo de cohorte observacionales reportaron ninguna o ligera asociación inversa entre la ingesta de vitamina C y el riesgo de desarrollar algún tipo conocido de cáncer.
Otros estudios como el realizado por Samuel Campbell, biólogo de la Universidad de Alabama (EE UU), ha comprobado que su consumo tiene un indiscutible efecto des estresante, ya que actúa sobre la respuesta de la glándula adrenal al estrés, reduciendo los niveles sanguíneos de cortisol, la hormona que fabricamos en situaciones de emergencia y que, producida de forma crónica, puede anular nuestras defensas y exponernos a todo tipo de enfermedades. Campbell postula que nuestros ancestros tenían una dieta tropical rica en frutas que les aportaba una dosis muy alta de vitamina C. Y defiende que "la constitución fisiológica que hemos heredado podría hacer que, para mantenernos sanos en un entorno cambiante y estresante, necesitemos dosis de vitamina C mucho más elevadas de las que figuran en las cantidades diarias recomendadas.
Ademas Científicos del Instituto Linus Pauling, de la Universidad Estatal de Oregón, han demostrado que un suplemento diario de 500 miligramos de vitamina C reduce la presión arterial en pacientes hipertensos. Concretamente, en los ensayos se redujo la presión diastólica y sistólica -mínima y máxima- en un 9%. Esto aporta un modo relativamente sencillo de mantener la presión arterial de estos pacientes en niveles adecuados sin los altos costes ni los posibles efectos secundarios negativos de la mayoría de fármacos.
Lo que también ha quedado confirmado por la ciencia es que la vitamina C es beneficiosa para la piel. En concreto, un estudio reciente de la Universidad de Leicester demostró que contribuye a la curación de las heridas en la piel y evita que el ADN de las células de la piel se dañe, por ejemplo cuando se exponen a demasiada radiación ultravioleta procedente del sol. "La vitamina C favorece la cicatrización estimulando a los fibroblastos para que se dividan y acudan al área dañada, además de aumentar su capacidad de reparar mutaciones en el material genético", especifica Tiago Diarte, coautor del trabajo.
Por ultimo un nuevo estudio de la Universidad de Colorado (EE UU). A demostrado que los vasos sanguíneos de las personas obesas tienen una elevada actividad de la endotelina 1 (ET-1), una proteína que hace que las venas y arterias se contraigan más y respondan peor a la demanda de sangre, lo que aumenta el riesgo de sufrir infartos e ictus. Desde hace tiempo se sabe que el ejercicio físico rutinario reduce la actividad vasoconstrictora de la ET-1, pero incluso si los pacientes se resisten a abandonar su vida sedentaria cuenta ahora con una alternativa igual de eficaz, que consiste en ingerir 500 miligramos de vitamina C cada día.
Los Suplementos de vitamina C están disponible en varias formas, pero hay poca evidencia científica de que alguna de esas formas sea mejor absorbida o más efectiva que otra.
Ahora que ya conocemos los demás beneficios de la vitamina C es necesario su consumo por el rol tan complejo que tiene en el organismo y por la prevención que tendríamos contra las enfermedades cardiovasculares , y en el caso de los pacientes con obesidad e hipertensión sin duda alguna muy beneficioso, no obstante en esta temporada es cuando más encontramos alimentos que contiene esta vitamina y que es de mejor calidad, y ello va en relación al ciclo natural de la vida, ya que la naturaleza nos da las herramientas para llevar una vida saludable, solo falta que las tomemos.
¿Que esperas para ir por tu dosis de vitamina C?
Bibliografía
LINUS PAULING INSTITUTE, Oregón State Univertisy, Centro de Información de Micronutrientes 2016 (actualizado 2016) consultado 10 octubre de 2016, disponible en http://lpi.oregonstate.edu/es/mic/vitaminas/vitamina-C#funcion
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